Miedo
Hay personas que se esmeran buscando una Palabra profética que les permita iniciar bien su año, claro, oír la voz de Dios es algo realmente impresionaste, recibir una Palabra de Su parte es algo que llena y sustenta nuestra vida.
El don profético es algo que el mismo Dios otorga a algunas personas para trasladarnos mensajes muy oportunos que marcan nuevas temporadas. Lo sé porque la Palabra que el Señor nos otorgó cuando nos llamó a servirle es algo que sigue siendo un pilar fundamental en mi vida y en el ministerio: “Mi presencia siempre irá contigo”.
En las empresas el fin de año es el tiempo en el que se hacen las mediciones respectivas para saber qué tan bien o mal le fue a la organización con los objetivos y metas que se estipularon a principio de año.
Cuando pasamos por esas situaciones no dan ganas de gloriarse, al contrario. Lo primero que nos viene a la mente es cuestionar nuestro servicio y al Señor, y hasta creemos que Sus promesas se desvanecen. Olvidamos que es en medio de la adversidad en donde conocemos más íntimamente la paternidad de Dios.
¿Ya les conté que le tengo cierto miedo a las alturas? Sí, soy de los que no disfruta mucho visitar las atracciones que me alejen mucho del suelo, como esos miradores turísticos que hay en algunos países. Mis amigos saben que paso por alto ese tipo de experiencias.