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Rendir bien las cuentas


En las empresas el fin de año es el tiempo en el que se hacen las mediciones respectivas para saber qué tan bien o mal le fue a la organización con los objetivos y metas que se estipularon a principio de año.

¡Es una práctica fabulosa! Pedir y brindar resultados ayuda, no solo a las empresas, sino a los seres humanos a saber su avance o su retroceso durante el periodo que finaliza.

Jesús también pide cuentas de lo que hicimos con los talentos que Él nos ha otorgado, porque espera que los aprovechemos y los hagamos producir al ciento por uno. La productividad debe verse como un llamado no como una opción.

Si admites que antes de conocer al Señor tu vida estaba destinada al fracaso, ahora que lo tienes a Él como tu Señor y Salvador, debes aprovechar al máximo las oportunidades que Él te ha puesto, sacándole provecho a cada día.

Sin duda, hay que hacer el trabajo por convicción, con dedicación y con atención. En cada cosa que hagamos debemos dar nuestro mejor esfuerzo, más aún si es para la obra del Señor. Aprovechemos todas las oportunidades que Dios nos da para ser productivos.

Observa cómo Jesús enseña sobre la productividad con una parábola muy reveladora sobre un hombre que se va de viaje, pero antes de partir, reparte bienes a sus siervos (Mateo 25:14-27). A uno le entregó cinco talentos, a otro le entregó dos y al tercer siervo le entregó un talento. Dos de los siervos fueron llamados fieles porque multiplicaron al doble lo que recibieron, lo que significa que se pusieron a trabajar y obtuvieron ganancias. Pero el tercero por temor escondió su talento, es decir no hizo nada con él. El Señor lo reprendió por esa actitud y decide quitarle el talento y se lo entrega a quienes sí produjeron. En otras palabras, Dios premia la fidelidad y el esfuerzo que hacemos con lo que nos otorga.

Este fin de año es ideal para que le rindas cuentas a Dios y muestres cuán productivo has sido, no solo en el trabajo, sino también en tu iglesia y tu familia. Es probable que Su respuesta pueda ser: “Sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré”.

Pero si reconoces que este 2021 el miedo te paralizó y te impidió producir, el año 2022 está frente a ti para que le pidas al Señor una nueva oportunidad y lleno de fe puedas demostrar que estás listo para que el Señor vea tu esfuerzo, dedicación para producir abundantemente en tu familia, en tu trabajo y a través de tu servicio a los demás. No importa si piensas que has recibido poco o mucho, no te excuses en tus circunstancias o temores como hizo el siervo negligente, sé fiel haciendo producir lo que tienes y te garantizo que el Señor te dará más.

¡No tengas miedo, el Señor caminará contigo este nuevo año!

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