Voluntad
¿Alguna vez has pensado que lo que Dios hace no tiene sentido? Por lo general este razonamiento llega cuando pasan cosas adversas. Difícilmente al recibir una bendición pensamos: “¿Por qué Dios me beneficia así? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Cómo llegó este milagro?” Las cosas buenas las recibimos y disfrutamos sin pensar cómo las recibimos. La salvación es uno de esos miles de beneficios que recibimos porque Dios es bueno. Nada de lo que alcancemos o hagamos nos hace merecedores de esa gran bendición y, sin embargo, Dios nos la otorga gratuitamente.
La iglesia debe promover el cambio en la sociedad, a través de transformar a las familias, defendiendo la vida y promoviendo los valores que la protegen. Para lograr esto debemos ir directamente a las bases: haciéndole ver a nuestros hijos, desde pequeños, cuán importantes somos para Dios aun desde que estamos en el vientre de nuestra madre. Asimismo, la iglesia debe anunciar la verdad y no esperar que los medios de comunicación lo hagan.