Dolor
¿Alguna vez has pensado que lo que Dios hace no tiene sentido? Por lo general este razonamiento llega cuando pasan cosas adversas. Difícilmente al recibir una bendición pensamos: “¿Por qué Dios me beneficia así? ¿Qué hice para merecer esto? ¿Cómo llegó este milagro?” Las cosas buenas las recibimos y disfrutamos sin pensar cómo las recibimos. La salvación es uno de esos miles de beneficios que recibimos porque Dios es bueno. Nada de lo que alcancemos o hagamos nos hace merecedores de esa gran bendición y, sin embargo, Dios nos la otorga gratuitamente.
Hay momentos en la vida que mejoran con un abrazo. Estoy convencido de que un abrazo tiene el poder de sanar en dos vías, a quien lo da y a quien lo recibe, especialmente si son esos abrazos prolongados llenos de cariño.
¿Alguien recuerda el famoso ungüento “Sana-sana”? Era lo que la abuela nos embadurnaba en una rodilla raspada, un piquete de zancudo, un morete, pellizcón, quemadura o herida, mientras nos decía: “Sana, sana, colita de rana, si no sanas hoy, sanarás mañana”.
Esta semana murió un buen amigo, Ossie Mills, quien por mucho tiempo fue pieza clave de Oral Roberts University y directivo del movimiento Empowered21. Lamento mucho la noticia porque fue un hombre visionario que trabajó incansablemente por el Reino y oramos por consuelo para su familia, pero también sonrío por él, porque ya se encuentra gozando de su recompensa eterna. ¡Felicidades, estimado Ossie!