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Eres lo que piensas


“Piensa mal y acertarás”. Creo que todos hemos escuchado más de una vez en la vida este refrán que muestra el poder de nuestros pensamientos.

En situaciones adversas parece que lo más fácil es pensar mal: “Me van a despedir”, “No me van a dar el trabajo”, “Voy a perder”, “Me va a dar algo”, “Me va a decir que no”… Los pensamientos dan vueltas y vueltas en nuestra mente. Cuando llega ese encuentro con el jefe, con la familia o con el médico difícilmente el panorama mejora. Tus pensamientos ya te programaron para ese momento.

Y si alguna vez te preguntas dónde está la fe en esas circunstancias o dónde está Dios en esos momentos, quiero decirte que no es que te haya abandonado, simplemente no lo ves porque tu mente no lo permite. Tus pensamientos negativos son capaces de desconectar tu fe y en una mente llena de negativismo es difícil que prolifere una Palabra o promesa que el Señor ya te haya dado para salir adelante de esa situación.

La Biblia nos muestra que somos lo que pensamos de nosotros mismos. Observa cómo lo describe Proverbios 23:7: “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo”.

Lo que dices de ti mismo, sea bueno o malo, contribuye en gran manera a construir tu autoimagen, así que, si crees que no eres capaz, que no puedes, que no estás capacitado… Así será.

Es importante que analices las palabras que salen de tu boca. Evita que de manera mecánica tus pensamientos te hagan ver las cosas en blanco y negro. Créeme: todos tenemos momentos buenos y malos, pero cada uno decide lo que hablará y recordará de ese día y de eso depende cómo le respondas a las distintas circunstancias de la vida.

Como ya te habrás dado cuenta, la vida viene con presiones y debemos prepararnos para decidir cómo las sobrellevamos o las superamos. Dios está de nuestro lado y está interesado en trabajar en los corazones y pensamientos de quienes se lo permitan. En estas temporadas duras, lee más la Biblia, ora más, ve a tu iglesia. Busca llenarte de los pensamientos de Dios.

Hay dichos que vale la repetir: “si la vida te da limones, haz una deliciosa limonada”; o “Al mal tiempo, buena cara”. ¡Ánimo! Esfuérzate y sé valiente.

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