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Tiempo en el desierto


¿Cuántos días llevas en aislamiento social? 10 o 20 días parecen muy largos si no se aprovechan de la mejor manera. Por eso hay que ponernos en marcha para “sacarle el jugo” a esta cuarentena, así decimos en Guatemala para referirnos a sacar provecho a las situaciones que nos toca vivir.

Jesús se aisló voluntariamente 40 días para orar y ayunar antes de iniciar Su ministerio (Lucas 4:1-13). Fue en ese proceso que el diablo se acercó a tentarlo, pero Él estaba tan lleno de Palabra y de la presencia del Espíritu Santo que tuvo las respuestas para que este se fuera por el mismo lugar de donde vino.

Este tiempo de encierro puede llenarnos de la presencia del Espíritu Santo (Lucas 4:14), mientras reinventamos nuestra vida familiar, personal, ministerial y profesional. Imagina el poder que hay detrás de la oración y el ayuno que Jesús se sometió a este periodo antes de arrancar su ministerio que cambió la historia de la humanidad.

Para muchos el aislamiento ha sido impuesto, producto de los cambios que ha provocado el coronavirus. Sin embargo, este periodo de incertidumbre se puede revertir si nos disponemos, no solo a orar sino también a pensar cómo salir adelante, cómo descubrir nuevas oportunidades de superación o emprender el mejor viaje de nuestra vida: el de la fe.

Tomados de la mano de Dios volveremos a salir adelante. ¿Acaso no has visto a Dios obrar en tu vida? Sí, Él estuvo contigo cuando empezaste tu matrimonio, cuando saliste a buscar trabajo, cuando necesitaste un milagro de sanidad. Él es el mismo Padre que no se limita por la situación.

Recuerda, no es lo duro de la circunstancia lo que determina nuestro futuro, sino cuán grande puede llegar a ser nuestro sueño. No es lo incómodo del presente, sino lo poderoso de nuestro futuro. No es lo doloroso de la pérdida, sino quién está con nosotros. No es lo que nos falta, sino lo grandes que son las promesas de Dios.

A lo mejor te sientes en el desierto, pero te aseguro que es el momento para fortalecer tu confianza en Dios. Haz que tu tiempo de oración sea tan efectivo que tengas los argumentos que te lleven a superar las tentaciones que el diablo ponga en tu vida y que el Espíritu Santo te recuerde las promesas que Dios te ha dado para que sigas adelante.

Tenemos un Padre que nos ama. ¡Busquémoslo!

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