Pedro y Denzel Washington
Es probable que te hayas enterado de lo que pasó en la ceremonia de los Oscars cuando una broma poco acertada del presentador ofendió a la esposa de uno de los actores, quien se levantó a darle un golpe en el rostro. Y aunque son muchas las opiniones que se han vertido en las redes sociales al respecto, la situación me hizo notar un detalle con el que podemos identificarnos todos aunque estemos lejos de la vida de Hollywood.
Al parecer, después del incidente, el actor Denzel Washington se acercó a quien protagonizó el hecho y le dijo una frase que todos deberíamos tener en cuenta: “Ten cuidado: en tu momento más alto, ahí es cuando el demonio viene por ti”.
Sí, en los momentos más altos —y no solo de tristeza o frustración, también de alegría— la tentación puede llegar disfrazada para provocar que olvidemos quiénes somos en Jesús, nuestro propósito y de qué estamos hechos. Pensemos en situaciones cotidianas para ejemplificar estas situaciones.
Un momento en la cúspide en el área profesional puede ser cuando te den esa promoción por la que has estado trabajando durante años, sin embargo, estar en ese puesto te puede alejar de tu familia y de tu servicio a Dios. Un trabajo puede llegar a modificar tus prioridades y ese desequilibrio puede costarte muy caro. Ese trabajo que le pediste a Dios podría alejarte de quien te dio lo que pediste.
En una situación de divorcio o pérdida familiar es probable que pienses que estás solo y que Dios te ha abandonado.
Todos pasamos por esos momentos donde debemos procurar no perder la fe. Así como Jesús se lo dijo a Pedro y quedó escrito en Lucas 22:31-32 (TLA): “Después, Jesús le dijo a Pedro: —Pedro, escucha bien. Satanás ha pedido permiso a Dios para ponerles pruebas difíciles a todos ustedes, y Dios se lo ha dado. Pero yo he pedido a Dios que te ayude, para que te mantengas firme. Por un tiempo vas a dejarme solo, pero después cambiarás. Cuando eso pase, ayudarás a tus compañeros para que siempre se mantengan fieles a mí”.
Todos los seres humanos, artistas, actores, panaderos, mensajeros, directores generales, secretarias, maestras o pastores pasamos por esos momentos donde el diablo viene por nosotros para zarandearnos, pero la mejor parte es que ahí está Jesús pidiéndole a Dios que nuestra fe no falte… Eso es todo lo que debemos saber para que no nos sintamos solos u olvidados. Ahí encontramos la fuerza para recordarle al diablo que somos más que vencedores en Aquél que nos amó (Romanos 8:37).
Quizás tus problemas no sean tan visibles como los de los actores, pero si estás en un momento cúspide, recuerda que Jesús está intercediendo por ti.