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¡Gracias a Dios por mi quinta nieta!


Mucho de lo que pasa en nuestra vida llega gracias a Dios y no por nuestros méritos o logros.

Esta semana llegó a nuestra familia la quinta nieta, hija de Anita y Gerson. Stella es una hermosa bebé que pesó 8.5 libras y midió 48.5 centímetros. Y aunque mi hija tomó todas las precauciones y cuidados que el embarazo requiere, la perfección con la que nació esa pequeñita no tiene nada qué ver con lo que ella humanamente aportó. Que tenga sus manitas, pies, ojos, sus oídos y que todos sus órganos funcionen a la perfección solo depende de Dios.

Cuando finalmente tuve la oportunidad de estrechar a esa pequeñita en mis brazos, no solo reviví esa emoción de cuando cargué a Anita por primera vez, sino que también pensé en ese milagro que ocurre durante cada día del embarazo hasta que esos seres humanos están listos para nacer. Exactamente como se describe en Salmos 139:13: “Tú hiciste todas las delicadas partes internas de mi cuerpo y las uniste en el vientre de mi madre”.

Stella nació a través de una cesárea que le practicaron a Anita. Afuera del hospital, junto a Sonia y el Gerson, estuvimos dando vueltas y vueltas, orando para que las dos estuvieran bien; y una vez más, el éxito no dependía de nosotros y ni siquiera de los médicos, sino de Dios.

Todo lo que pasa en nuestro día viene de Dios, Su misericordia nos permite levantarnos para arrancar una jornada más. Que tengas un techo, un plato de comida en casa, una familia, amigos y hasta tu perrito o tu gato son milagros que están puestos en tu vida para que vivas agradecido.

Al reconocer que todo viene de Dios y que Él tiene planes de bien y no de mal para Sus hijos (Jeremías 29:13) damos el primer paso para descansar y soltar aquello que nos roba la paz o nos “pre-ocupa”; es decir, que ocupa nuestra energía y atención antes de tiempo. Recuerda que Dios no actúa a través de las quejas, los reproches o las aflicciones, sino a través de la fe.

Cuando veo a Stella dormir con tanta paz, no solo me llena de ternura, sino que me inspira a imitar su confianza en que “alguien” está al tanto de ella y sus necesidades. De la misma manera Dios está al tanto de las tuyas.

Hoy, da gracias a Dios por lo que tienes y pide con fe para que eso no solo se multiplique, sino también pueda bendecir la vida de alguien más.

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