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Etapa de transición


Parece inevitable que sigamos hablando del coronavirus, pero es que la mayoría de las conversaciones giran en torno a este tema. Aunque no sé si han notado que ahora, más allá de la preocupación de la enfermedad o las anécdotas del confinamiento, los temores se han centrado en la economía.

Es que esta es una de las mayores preocupaciones del ser humano, capaz de robarle la paz y quitarle el sueño. A ti, ¿qué es lo que más te preocupa? ¿La salud o la situación económica? ¿Estás inquieto por cómo vas a alimentar a tu familia? Es lógico que ante las medidas de contención que los gobiernos han implementado ahora se piense en el futuro desde la perspectiva financiera.

He platicado con empresarios, comerciantes y trabajadores, y todos coinciden que su mayor preocupación en este proceso de pandemia es la situación económica. Muchos empezaron a recortar plazas en sus empresas desde el mes pasado. También he tenido la oportunidad de escuchar a muchas personas que a partir de un despido están en proceso de emprender. Aunque no era así como habían planificado su año 2020, están usando toda su creatividad para seguir adelante y, tomados de la mano de Dios, están iniciando ese camino como emprendedores.

Dios sabe que en este periodo que vivimos es “normal” sentir miedo para abrirnos campo en algo nuevo, por eso le dijo a Josué que se esforzara y fuera valiente. En tres versículos seguidos se lo repite tres veces. “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. (Josué 1:6-9)

A veces pensamos que la bendición está en determinado lugar, cuando en realidad está sobre nosotros. Dios está con nosotros a “dondequiera” que vayamos. Con esa convicción debemos dirigir nuestra mirada al futuro y tendremos las fuerzas para adaptarnos a cualquier cambio. Quienes no han contado con la fortuna de seguir con sus empleos, no pueden pensar que han perdido la bendición. Si una oportunidad se cerró, ten por seguro que Dios ya abrió otra. El Señor nos bendecirá para que todo lo que emprendamos salga bien.

Creamos que en este nuevo normal Dios seguirá proveyendo, cuidando y guiando a Sus hijos como lo ha hecho siempre. Estoy convencido de que esta temporada solo es de transición, el camino que conduce hacia algo mejor.

Si reconocemos que fue Dios quien nos bendijo antes con un empleo, sabremos que será Él quien nos bendecirá sin importar las circunstancias. Confiemos en que vamos hacia un nuevo normal, pero con un mismo Dios. Esa fórmula debe dar como resultado un nuevo mejor normal.

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