Día mundial de la religión
¿Sabías que hay un Día mundial de la religión? Igual que muchos desconocía de esta celebración. Me llevé la grata sorpresa esta semana cuando vi la publicación que hizo un medio de comunicación de Guatemala y desde ese momento me puse a indagar al respecto.
Al parecer se lleva a cabo el tercer domingo de enero, aunque la fecha es variable. Esta iniciativa la impulsó la Asamblea Nacional Espiritual de la Religión Bahaí en Estados Unidos, en 1950, con el objetivo de promover el respeto entre las personas y las naciones para que exista armonía entre las religiones.
Es una celebración que a lo largo de 71 años ha venido sumando a más organizaciones para que la promuevan. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas propuso la fecha 24 de enero para reafirmar la profunda importancia de la religión en la identidad de los individuos y refrendar la libertad de culto que se establece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Me parece una idea fe-nomenal que haya un día para dar gracias por todas las religiones que tienen como fin conectarnos con Dios Todopoderoso. Esta celebración promueve la unidad y la tolerancia, dos valores que debemos impulsar producto de nuestra relación con Dios, tal como nos indica Su Palabra, donde el amor es la fuente de todos los mandamientos cristianos.
Lo podemos leer en Juan 13:34-35: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”.
Más allá de profesar una religión lo que hemos aprendido es a tener una relación con Dios y eso es lo que debemos celebrar y cuidar. Como he dicho antes, es importante que nuestra fe no sea objeto de críticas, burlas, ni de faltas de respeto. ¡Tenemos derecho a vivir nuestra fe! Ni los gobiernos, ni los medios de comunicación deben olvidar que este es un derecho por el que vamos a pelear siempre. Queremos que nuestra descendencia disfrute de esta expresión de libertad que recibimos de Dios.