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¡Adiós, Luis Palau!


Ayer el mundo se despidió de un extraordinario ser humano y líder de la iglesia, el evangelista y escritor, Luis Palau.

Tuve la bendición de verlo en varias ocasiones. La primera vez, en la cruzada que realizó en el estadio Doroteo Guamuch Flores (anteriormente Mateo Flores). Fui con mi amigo Julito, nos quedamos hasta que el estadio casi se vació. No olvido que ese día yo llevaba un jeans y una botas vaqueras color corinto. Ahí en ese estadio me surgió la inquietud ¿algún día Dios usará a un guatemalteco así? Luis me inspiró a predicar y evangelizar como él lo hacía. Y aquí estoy, sirviendo a Dios y la gente, no a los niveles que él lo hizo, pero oro para que Dios me dé vida para continuar predicando. Sin duda él seguirá siendo de inspiración para mí, como para miles llevan el mensaje de salvación por donde quiera que vayan.

En su siguiente visita a Guatemala, realizó el Festival para la Familia. Ahí logré ver algo más en él: su innovación para seguir llevando el Mensaje. Al finalizar me volvió a motivar, esta vez para no dejar de innovar. Pensé, no puedo dejar de avanzar para llevar el mensaje de Jesús y sigo trabajando con esa visión.

En 1988, lo oí en la Convención mundial de evangelistas que se llevó a cabo en Los Ángeles, California. En esa ocasión le preguntaron cuáles eran las claves de su éxito, él respondió “nunca viajo solo y hablo con mi familia todos los fines de semana que estoy lejos de casa”. A partir de ese momento y hasta la fecha, adopté esos principios en mi vida y ministerio.

Soy una de las tantas miles de personas que aprendió muchísimo de sus enseñanzas, fue un ser humano que vivió 87 años lleno pasión por llevar el Evangelio al mundo entero y al final su cosecha es incontable. Como he dicho anteriormente, la vida de un ser humano no se mide en años, sino en logros.

Lo cierto es que lo recordaremos como un hombre que “amaba a Jesucristo y a la gente que necesitaba a Jesucristo”, tal como él afirmó en una entrevista que otorgó a un periodista costarricense al ser cuestionado sobre cómo quería ser recordado.

Todos debemos prepararnos para ese día en el que partamos a la vida eterna, por eso te pregunto ¿estás preparado para ese momento? ¿Cómo te gustaría que te recordaran? ¿Cuánto has trabajado en tu llamado o tu propósito? Si tienes dudas de tu destino final, estás a tiempo de reconciliarte con el Señor o entregarle tu vida. Pídele que more en ti para que, no solo tengas vida eterna, sino recibas sabiduría para vivir cada día de acuerdo a Su voluntad.

Hoy, oremos por la familia de Palau, para que Dios la llene de paz y consuelo. Ahhhhh Palau. Vamos a extrañar tanta sabiduría. Gracias por tus enseñanzas, Dios te tenga en su gloria. ¡Hasta la vista mi hermano!

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