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¡Feliz día, mamá!


Esta semana se celebra en muchos países el Día de la madre, una fecha muy valiosa para hablar de las cualidades de esas mujeres valientes y esforzadas que, solas o acompañadas, ponen todo su esfuerzo para sacar adelante a sus hijos.

Yo aprovecho esta ocasión para festejar a mi madre, a mi esposa, a mi hija y a mis nueras. He visto el amor y dedicación que ponen en cultivar buenos hábitos en sus hijos. Es más, por medio de la tecnología estoy disfrutando ver a mi hija Ana Gabriela desempeñando sus funciones de mamá a miles de kilómetros de distancia.

Sin embargo, quiero dedicar este blog a las mamás jóvenes, las mujeres millennials que están bombardeadas de campañas diseñadas a menoscabar la maternidad con mensajes que promueven la “interrupción del embarazo” —una forma menos ofensiva que usan los promotores del aborto para que culturalmente haya más rechazo—, mensajes dirigidos a tergiversar el diseño original que Dios estipuló para la familia. Por eso a ustedes quiero felicitarlas por su valentía para decidir tener un bebé en este tiempo e ir contra de las corrientes ideológicas que les “dan opciones”. ¡Felicidades! Ustedes salvarán al mundo.

Los adultos de la generación X vivimos otras luchas, pero con un poco de atención podemos ver que la guerra que las mujeres libran hoy en día es silenciosa, intensa y exigente. Su mundo está saturado de información negativa: redes sociales, series de televisión, podcast, música, artistas y, por si fuera poco, líderes y políticos que también están usando su influencia para impedir que los niños nazcan y cumplan su propósito.

Quizás a veces sientan que la sociedad les ha dado la espalda, pero deben saber que si hay vida en su vientre es porque el Creador les ha concedido ese privilegio, por lo tanto, no están solas. Él está de su lado.

Afortunadamente hay países donde las mismas mujeres están defendiendo la vida. En Guatemala, un país conservador y firme defensor de la familia, la vida se defiende desde su concepción. Sin embargo, es labor de todos cuidar ese derecho, enseñar a las mujeres desde niñas a vivir ese privilegio y exigir que ellas tengan oportunidades que les permitan alcanzar sus sueños; y así, cumplir el propósito que Dios destinó para ellas.

En este Día de la madre oremos por las mujeres, para que no se sientan solas en esta hermosa carrera de la maternidad, sino que puedan sentir a Dios en sus luchas y en sus debilidades. Que ese buen Padre las llene de paciencia y sabiduría para guiar a sus hijos a ser buenos seres humanos y grandes ciudadanos.

¡Feliz día a todas las madres!

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