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Cadenas, vídeos y memes


¿Cuántas veces has recibido un mensaje en tu WhatsApp alertándote de algo que no tiene relación con tu país o un mensaje que promueve información imprecisa sobre un hecho o un personaje público?

Actualmente WhatsApp es la red social más usada en nuestro continente. Es una herramienta valiosa que al ser utilizada adecuadamente puede bendecir a muchas personas; por ejemplo, cuando se comparte una petición de oración para una persona o un país entero dentro de un grupo o para estar comunicado de manera inmediata con la familia y los amigos. Personalmente uso mucho esta aplicación. A través de ella recibo mensajes positivos u oraciones puntuales que el Señor me transmite por medio de mis amistades, también la utilizo para enviar notas de voz para alguien que necesite una oración urgentemente o para dar instrucciones de trabajo. Mi celular está lleno de grupos con los que interactúo.

No puedo negar que trato de filtrar los mensajes que me llegan porque recibo muchos que me “reenvían” sin ser leídos o con fuentes poco fiables. La contraparte de esta herramienta es que no siempre llegamos a conocer quién genera la información, no sabemos de dónde nace o cuál es el objetivo que tienen esas cadenas o mensajes “desinformativos”.

Si Santiago pudiera volver a escribir el capítulo 3 de su libro, donde explica el poder de la lengua y la describe como un fuego capaz de quemar un bosque, la misma con la que se bendice al Padre y también se maldice a los hombres (Santiago 3:1-12, DHH), yo creo que le agregaría un par de versos dedicados a cuidar los deditos cuando escriben algo en las redes sociales y puntualmente en WhatsApp. Nos advertiría que usemos esos recursos para dejar mensajes que construyan el reino en lugar de destruirlo, que unan a la sociedad y no la separen, que hablen más del amor de Jesús en lugar de promover el odio.

Marquemos la diferencia

Imagina que ese meme, esa foto, ese textito o ese video alterado habla de tu mejor amigo, de tu mamá o de tu tía. ¿Qué sentirías? ¿Lo seguirías compartiendo?

La siguiente ocasión que te llegue un mensaje a tu teléfono, lee, analiza, piensa y reflexiona si vale la pena que siga circulando ya que muchas veces son “fake news”.

La definición de Fake news la tomo del autor Marc Amorós García: “Es una noticia falsa que se difunde con una voluntad deliberada de engañar y que tiene dos características fundamentales: tener un objetivo claro y adquirir una apariencia de noticia real, precisamente para conseguir engañarnos”. Es oportuno que abramos los ojos para no caer en la trampa, que seamos analíticos para cuestionar todo aquello que nos llega y, sobre todo, que seamos luz.

El mejor filtro que podemos usar es precisamente analizar cada mensaje. Nos toca a ti y a mí marcar esa diferencia en las pequeñas acciones que desempeñamos todos los días y de esa forma llevaremos a la práctica el segundo mandamiento: amar al prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39). Claro que es un reto, pero no es inalcanzable y además es una oportunidad de hacer crecer el reino.

Estoy seguro de que podemos ser luz y hablar la verdad.

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