Iguales, pero diferentes
Los padres de familia no me dejarán mentir que cada uno de nuestros hijos es un ser especial, con sus individualidades y características hacen que la familia esté completa.
En mi caso, mis hijos tienen un temperamento que les hace actuar y analizar las cosas desde su propia perspectiva, su propio sentido del humor, sus propias metas, su propio estilo para educar a sus hijos y hasta para acercarse a nosotros, sus padres; pero a los tres los une la pasión por predicar en evangelio y servir a Dios.
Pienso que así es la iglesia de Cristo: como una familia. Cada uno con su forma de predicar el Evangelio, discipular y evangelizar, pero al final todos tienen en común un mismo objetivo: ganar almas para Jesús y que todas las personas sean salvas.
Respeto mucho a los pastores, todos ellos son seres humanos que sacrifican a sus familias y trabajan incontables horas extra para cuidar a los hermanos de su congregación. Sin importar si tienen 50 o 1000 miembros, se esfuerzan por ese ministerio que el Señor les llamó a fundar. Todos son muy valiosos en el Reino de Dios.
Es probable que desde afuera se crea que la iglesia está dividida, pero en realidad siempre ha estado unida; y aunque su crecimiento es horizontal, todos los ministerios somos una pieza imprescindible de ese rompecabezas que forma el Cuerpo de Cristo.
¿Has pensado cómo sería este mundo sin la presencia de los pastores y la función de la iglesia? Especialmente en este periodo de pandemia donde hay tantas personas necesitando palabras de aliento u oraciones que les ayuden a ver un panorama distinto.
Dios no se equivocó con colocarte en ese ministerio en el que has crecido. Él sabía a quién usar para llevarte a Sus pies y transformar a tu familia. Ese amigo, vecino o líder que insistió constantemente para llevarte a un grupo de amistad o a un servicio fue una persona clave para tu transformación. Ahora que has visto el papel que desempeña y cómo sus oraciones han traído bendición a tu vida, quiero proponerte que lo incluyas en tus oraciones. Pídele al Señor que lo llene de fuerza, de ánimo y sabiduría para continuar su labor. Además, que lo libre del mal para que siga ejerciendo su llamado y pueda seguir ganando personas para Jesús.
Estoy seguro de que en tu corazón hay mucho agradecimiento por cada persona que ha edificado tu vida. ¿Qué te parece si aquí mismo le dedicas una frase de agradecimiento para que vea que su labor ha dado fruto abundante? Escribe su nombre y bendice su vida de manera pública y no dejes de incluirlo en tus oraciones.