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Iglesia multigeneracional


Siempre he dicho que el Señor me premió con gente apasionada por predicar la Palabra de Dios. Tanto los colaboradores en oficinas como el equipo de pastores de nuestra iglesia son personas excepcionales y comprometidas. ¡Para cumplir con el llamado del Señor a los pastores se les ocurre cada cosa! Por lo tanto, a menudo escucho sus locuras, las apoyo y al final oro para que Dios haga lo demás.

Si estás fuera de Guatemala y nos sigues en nuestras redes sociales verás que en ellas se publican cosas que suelen ser inusuales para el contexto de una iglesia. Admito que algunas locuras han salido de mi cabeza, así que cuando los pastores proponen algo más «extraño» recuerdo que les he dado el ejemplo y me corresponde apoyarlos.

Hace unos años el pastor Steve Morales, que lidera la red de prejuveniles de Casa de Dios, me presentó un proyecto para que jovencitos que empezaban a predicar en grupos de amistad se pararan en la plataforma de nuestra iglesia para hablar de Jesús. Me emocionó tanto la idea porque cuando tienes 10 o 16 años por lo general nadie cree en ti y muchas veces ni los padres son capaces de visualizar que ese niño o niña tiene un testimonio que podría inspirar a otros de su edad.

Efectivamente, esa generación tiene sus propios desafíos y necesitan herramientas para salir adelante. Con frecuencia los adultos creen que ellos no tienen problemas o que no se estresan, pero la verdad es que a muchos les toca lidiar con el bullying, con los problemas en su hogar, con la falta de autoestima o la depresión; entonces ¿qué mejor manera que empoderarlos para que puedan dar testimonio de lo que Dios ha hecho en sus vidas?

¿Qué habría pasado si tu encuentro con Jesús se hubiera propiciado a los 12 años? ¿Sería tu vida diferente? ¿Te habrías metido en menos problemas? No importa la edad, Jesús siempre llega a nuestra vida para transformarla. Por eso me encanta que nuestra congregación esté llena de juventud. Estoy convencido de que todas las iglesias deberían contar con propuestas que atraigan a los jóvenes para que puedan conocer a Jesús desde su propia perspectiva.

LIFT es un término inglés que significa “levantar” y que traslada en su justa dimensión el objetivo de esta actividad que se organiza una vez al año en nuestra iglesia, que “levanta” a los jóvenes para que vayan y transformen su mundo y a su generación. Nuestras naciones los necesitan.

Junto a Sonia he orado por nuestros hijos y nuestros nietos. Queremos que Dios nos permita verlos sirviendo al prójimo y cumpliendo su propósito. Sé que este anhelo está presente en las oraciones de muchos padres de familia de todo el mundo, pero cada vez son más los que buscan ayuda con médicos especialistas para que sus hijos retomen el camino correcto y se alejen de los vicios y los malos hábitos. Esa búsqueda de respuestas y auxilio debería empezar en la iglesia.

Pero orar es solo una de las acciones que podemos tomar para que esa generación conozca a Jesús, también es necesario impactarlos con nuestro ejemplo. Los adultos somos el primer acercamiento que tienen con Dios.

Si tus hijos quieren ir a una actividad inusual dentro de la iglesia, no te escandalices ni te sorprendas. Te aseguro que esas “locuras” están respaldadas por Dios y pueden ser el escenario perfecto para que ellos se encuentren con Él y pronto puedas ver cómo hace volver el corazón de tus hijos hacia ti. (Malaquías 4:5-6).

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