En esta temporada la publicidad y el mercadeo contribuyen para que nos desenfoquemos del verdadero sentido de la Navidad. Debemos decirlo, esta celebración no se trata de regalos que te llevan a endeudarte, ni de grandes convivios donde se ingiere alcohol, por cierto, mira la cantidad de accidentes de tránsito que se registran producto de un conductor que se pasó de copas en una de estas fiestas.

La Navidad se trata de Jesús, el Salvador, que nació en este mundo para que tú y yo tengamos vida en abundancia. Recordar ese hecho histórico, inmediatamente nos hace poner nuestra mirada en todo aquello que verdaderamente trasciende.

Esta semana recibí la llamada de una persona conocida para que orara por su mamá, quien tras una intervención quirúrgica tuvo una complicación y terminó hospitalizada en un estado muy delicado.

Cada vez que tengo la oportunidad de orar por alguien en circunstancias como estas, uso mi fe y declaro que en el nombre de Jesús la persona será sana. Sí, Jesús es quien hace posible el milagro, en Él nuestra fe cobra sentido y nos llena de esperanza. Tres días después esta persona me informó que su mamá estaba por dejar el hospital, ¡Jesús hizo el milagro!

Primero, debo decir que me siento favorecido de que las personas acudan a mí con mucha frecuencia para pedirme que pueda orar por alguien más, realmente no necesitan que sea yo quien dirija la oración, ellas lo pueden hacer. Sin embargo, para mí es una gran oportunidad de ver cómo el plan de Dios funciona. Él diseñó que Jesús naciera entre los seres humanos para que nos salvara.

¡Jesús es el mejor regalo! Es un regalo porque el Padre nos lo concede y es el mejor de todos porque siendo “gratis” nos llena de esperanza, fe y le da sentido a nuestra existencia.

No pierdas de vista el verdadero sentido de la Navidad, se trata de Él y de permitirle que sea nuestro Señor, que sea el Rey que gobierne nuestra vida, nuestra familia y todo lo que somos.

Con una lujosa o con una sencilla cena navideña ¡celebra en familia lo que Jesús ha traído a tu vida! Enséñales a tus hijos que los mejores distintivos de la época son la salud, la paz, la armonía y la unidad. Ninguno de estos bienes está a la venta en ninguna tienda, llegan cuando Jesús está en tu corazón.

Comparte estos presentes con quien no tiene a Jesús en su corazón, da testimonio de que Él es el motivo de tu vida, esa es la mejor manera de decir ¡feliz navidad!