Conéctate a nuestro servicio en vivo
Conéctate a Intercesión
Conéctate a nuestro Discipulado

¿Cómo desarrollar el talento de otros?


La semana pasada hablamos de desarrollar confianza en Dios, pero también de otorgarla a quienes nos rodean en la familia, en el trabajo y en las amistades. Alguien preguntó ¿cómo se desarrolla la confianza cuando las personas fallan?

Lo primero que debemos entender es que todos fallamos, nadie es perfecto. Desde esa perspectiva es importante que eliminemos esa exigencia en los demás. Una persona que vive buscando la perfección en otros, termina frustrada.

Como jefe de casi dos centenares de colaboradores que componen nuestra organización administrativa, puedo decir que estoy rodeado de personas muy talentosas, pero no perfectas. La mayoría de ellos lleva trabajando años con nosotros y he sido testigo de su crecimiento y de cómo sus errores han potencializado sus dones y talentos. Todos en algún proyecto u actividad han fallado, pero la lección viene después, cuando les he asignado una tarea más grande. Al inicio su reacción es de sorpresa, pero es la mejor forma que tengo de expresar confianza y el anhelo para que corrijan lo necesario para que en adelante las cosas salgan bien. Este simple acto de correr el riesgo de asignarles nuevos retos sana sus heridas, provoca que recuperen la confianza en sí mismos y sean más cuidadosos para no volver a cometer esos errores.

Como director debo sentarme con ellos a evaluar los resultados, algunos por su temperamento requieren más de una reunión, pero siempre he creído que un buen jefe es aquél que saca lo mejor de todos en las circunstancias que otros consideran fracaso. Los errores no son motivo para despidos, sino para aprendizaje, como decía el poeta uruguayo Mario Benedetti “La perfección es una pulida colección de errores”.

¿Qué pasa cuando un delantero falla un penal en plena copa del mundo? Seguro se siente terrible y mucho más si es de los jugadores más famosos del mundo como Messi o Cristiano Ronaldo, pero en su carrera han aprendido a superar esa frustración porque saben que no son perfectos. Además, tienen claro que su equipo reconoce su talento, pero también su vulnerabilidad.

El famoso jugador de básquetbol Kobe Bryant, quien falleció recientemente en un accidente aéreo decía: “Una vez que sabes cómo se siente el fracaso, la determinación persigue el éxito”, coincido completamente con esta forma de ver los errores, pues me he dado la oportunidad de ver brillar al equipo que me acompaña en la oficina. ¡Se vale equivocarse! Quizás confiar que tu hijo está preparado para manejar puede costar una pequeña reparación del auto del vecino o el tuyo, pero estoy seguro que quitarle el coche solo lo llenará de inseguridad y no desarrollará su habilidad para independizarse.

No soy un jefe, esposo, padre o hijo perfecto, pero en algún momento de mi vida encontré esa misma vulnerabilidad en todos los seres humanos de los que se habla en la Biblia y aun así muchos fueron llamados por Dios para hacer tareas memorables. Creo que es indispensable que como jefe de una empresa, un pequeño negocio o el hogar aprendamos a no exigir la perfección, más bien incentivemos a las personas a aprender de sus errores, a provechar los recursos que tienen y a sacarle el mejor provecho a los talentos que Dios le ha dado.

 

 

¿Te gustó? Compártelo en tus redes